Regalo

Espero cada día con ansias a que algo alucinante pase en mi vida, no pierdo las esperanzas porque sé que en cualquier momento podría suceder algo. Y yo, estaré ahí para verlo. Pero las probabilidades que algo fantástico o fuera de lo común suceda son casi nulas, ¿acaso yo tengo que crearlo? la vida es tan monótona y aburrida no puedo imaginarme lo que sería de mi si no existiera en este mundo, aunque en realidad si, sería bastante interesante, pero sola? Eso sería muy aburrido, necesitara un compañero, ¿hu?, otra vez estoy divagando, debo dejar de hacer eso. El mundo tiene su propia historia, la “tierra”, ha sido llamada así desde  tiempos muy remotos. En fin.

-¿Qué haces aquí?- Pregunta totalmente desconcertado.
-Estaba aburrida…- Contesto con indiferencia.
-Sí, pero- Silencio
-¿Qué?-
-¡ESTAS EN MI CASA!- Grito tan alto que los pájaros lo sintieron.
-Quiero un helado- Sonó más una orden que un comentario
-Pues ve por el…-“Irrumpe en mi casa y encima me ordena?”, pensó.
-¡TENGO HAMBRE!-
-¡YA TE DIJE QUE FUERAS POR EL!, ¡NO SOY TU ESCLAVO!-
“Perfecto, primer día de clases en la preparatoria y ya es una locura”.
Había Sido un día agotador, un chico normal, escuela normal, amigos normales, eso era básicamente lo que yo tenía en mente al empezar la preparatoria pero al parecer todo se había ido al caño cuando esta chica apareció en mi vida, porque sin saberlo a partir de esa día todo en mí y a mi alrededor  fue cambiando poco a poco. ¿Irónico, no?, Realmente no, pues esa chica que reciente acaban de leer no es más ni menos que una chica que jamás en mi vida he visto, Sí. Seguía ahí, no se iba. No es normal que extraños te visiten a tu departamento cuando tú apenas acabas de salir del colegio
-¿Quién eres?..- “¿Y porque no te vas?”
-Soy tu compañera de habitación...-Hablo calmadamente mientras se apoyaba en la mesa con expresión agobiada.
-Bueno, en primer lugar, este es mi departamento, no una habitación como en los colegios privados donde la suelen compartir con tus compañeros de clase, solo es un edificio normal, con secciones de respectivos espacios normales, con gente normal el cual tú no pareces ser. En segundo lugar, no te conozco ni te he visto en ninguna parte y en tercer lugar no creo que sea correcto que una chica como tú-
¡Cállate!- Grito exaltada parándose rápidamente de su posición y apuntándolo con el dedo índice.
-¿Que...qué?-
-Hablas mucho…-y sin más que decir simplemente volvió a sentarse.
-¿HE?!- Totalmente desconcertado
Y si se preguntan, si en realidad fue u grito muy largo, probablemente los vecinos de inmediato se quejarían de todo el “escándalo” que estaba ocasionando, porque, quiera aceptarlo o no las paredes no era un elemento especial que aislaba los sonidos tanto de adentro como de afuera. El día llego a su fin, aquella chica, por si se lo preguntaban si, se quedó a dormir. Al día siguiente los dos individuos despertaron, el chico en el sillón y la chica en su habitación, por mucho que le disgustara y que no lo entendiera no dejaría que ella se durmiera ahí y menos en el piso, eso sería totalmente descortés. Se notaba fácilmente cuando abrieron sus ojos que estaba demasiado cansados, el por su instituto y ella por alguna razón que sinceramente a él no le interesaba en lo absoluto. Se dirigió a la cocina para colocarse su delantal de “Buen chef” y preparar el desayuno, era temprano así que disponía de un cierto tiempo para preparar todo tranquilamente sin presionarse tanto ant4es de ir a la escuela y comenzar su día “normal”. Coloco un par de huevos en el sartén, luego de unos cuantos pedazos de tocino, verter jugo de naranja en ambos vasos de vidrio y preparar la mesa, se sentó, comenzó a comer y como si el instinto de sobrevivir la llamara apareció en el marco de la puerta, El solo giro la mirada hacia ella y con una sonrisa ladina dijo.
-¿Tienes hambre?- Pregunto con completa ironía
-Ya me voy- Contesto
Él estaba completamente desconcertado, “¿Qué?”, ella agarrando sus cosas dirigiéndose a la puerta hasta que.
-¡Espera!-
-¿Mm?- Volteo confundida hacia su dirección
Ahora si estaba enojado
-¡¿TE VAS DE MI CASA, SIN MOTIVOS, NO SETU NOMBRE, QUIEN ERES, NO TE CONOZCO Y NOSE QUE HACES AQUÍ?!, ¡TE VAS ASI PORQUE QUIERES!-
-Soy Hinata Hyuga-
-¿Hinata hyuga?-
-Exactamente- Contesto firmemente.
En ese momento comenzó a analizar la situación, “¿Hinata Hyuga?”, ese nombre le sonaba, talvez de su pasado pero ahora no la recordaba.
-Dime, ¿te conozco?-
-Desde hace años, desde la infancia para ser más precisos-
-Ohm…-
Intentaba con fuerzas inimaginables en recordarla.
Espera.
¡YA LA RECUERDO!, pensó.
-¡ERES MI AMIGA IMAGINARIA, LA DE MIS SUEÑOS EN MI NIÑEZ!- Grito eufórica apuntándola.
-Tanto tiempo sin vernos- Sonrió alegremente.
-P…pero, ¿Por qué...?-Ella poso su dedo en sus labios imitando el sonido de un “Shhh”.
-Tú me llamaste, ¿recuerdas?- La observo confundido moviendo levemente su cabeza a un lado.
-En este último fin de semana, estabas demasiado nervioso por comenzar una nueva fase de tu vida, no querías estar solo en eso, todas las noches sin falta nos veíamos en grandiosas aventuras juntos, superando cualquier obstáculo que aquel lugar no pusiera, yo solo he respondido a tu llamada, me alegra volver a verte, ya extraña esos ojos azules que tanto me gustan.- Termino su discurso con una sonrisa y lágrimas en el rostro.
Era cierto, ella estaba llamando, el temor era tan grande que su única amiga de la infancia era su salvación, sabía que esto era algo que nadie le creería si se lo contara. Ya hacía 10 años que no la “Imaginaba”, era sorprendente, reía mientras recordaba los posibles universos alternos en los que le gustaría vivir junto a ello, mundos fantásticos donde los deseos se volvían realidad y la felicidad estaba a la vuelta de la esquina, había otros más alocados donde todo un planeta estaba construido por un bosque tenebroso, en absoluto le causaba escalofríos, pues se relacionaba con las películas de terror que de pequeño observaba en la televisión.
-¿Recuerdas ese bosque?- Le pregunto con una lagrimo a punto de salir de sus ojos.
-Sí, estás loco-
Rio sonoramente.
En efecto, estaba loco, esa palabra la había escuchado desde que tenía memoria, el cual no le molestaba en absoluto.
-Ahí se encontraban slender man, Jeff the killer, teletuvis, etc.-
-Yo no quería ir a ese lugar pero insistías y terminábamos yendo.- Con el ceño fruncido lo miro reclamándole.
-Era un bebe-
-¡TENIAS 8 AÑOS!- Ahora era el turno de que hinata gritara.
Naruto solo se limitó a reír, talvez no iría a la escuela hoy y se concentraría en pasar tiempo de calidad con su mejor amiga de toda la vida. Sí, eso sería buena idea.
-¿Qué tal si me acompañas por un café?- Pregunto mientras se ponía la chaqueta, cogía las llaves e iba directo hacia la puerta, donde estaba ella.
-La genta no me vera, pensaras que estás loco por platicar con el aire.-
-Eso no me importa.- Dijo indiferentemente ya enfrente de ella.
-¿Y la preparatoria?, además, no te gustaba el café- Con seguridad le saco la lengua en señal de victoria.
-Tu misma lo dijiste, no me “gustaba”, tiempo pasado, ahora estamos en el presente, ya crecí y he dicho que vayamos por un café.-
Al fin lo comprendió, observo atenta a chico que estaba frente a ella con una sonrisa prepotente. Lo que él quería era viajar a su dimensión, y no se refería a aquellos lugares que solían visitar para jugar amenamente todo el día, si no ese el cual los dos habían creado con su mente, un, como ya lo había mencionado antes, “universo alterno” donde los únicos habitantes eran seres humanos que disfrutaban de la vida feliz y llena de armonía, los arboles a lado de una puesta de sol por las tardes perdiéndose en las montañas y un bello amanecer junto al mar donde los animales comprendían lo que significaba, despertar a sus crías para un nuevo día preparándolas hasta que tengan que partir. Parques con apariencia de normalidad, sin embargo, contaban con numerosos juegos mecánicos nuevos y enormes, tu sentido infantil se podía despertar en ese sitio sin que nadie te juzgara, pues desde que el chico lo decidió existía un lema con palabras razonadas que decían:
“Se feliz sin importar tu edad, se feliz sin importar lo que diga la gente, se feliz sin detener tus impulsos de disfrutar”.
Era algo muy cierto, esas palabras las sabían ellos dos a causa de la madre de Naruto antes de morir, siempre repetía esa frase, el al principio nunca entendí su significado pero conforme pasaba el tiempo logro asimilar por qué se lo decía y con qué fin. Playas especiales con una única regla.
“Nunca juzgues por la apariencia”
Personas podían reunirse ahí sin preocuparse de malas críticas hacia su aspecto físico. Plazas con muchas tiendas de diversos tipos, junto con un cine enorme, aquellos costosos que observabas al pasar por ahí en la tierra, no, nada de eso, ahí: “Era gratis” y tienes la oportunidad de crear tu propia película donde el único límite era tu imaginación, los personajes los creabas tu o pedias ayuda de tus amigos o personas cercanas a ti. Calles complemento de casas, una a lado de otro, solo que la única diferencia era que los sonidos que producía tu vecino no eran escuchados por ti, las paredes contaban con un elemento especial que hacía que la persona disfrutara de paz y tranquilidad, o bien, de su propio ruido. Paisajes hermosos, se dividían en secciones por clima: El invierno con su espesa nieve y animales que podían vivir ahí, verano con desierto, aun así, era obvio que piscinas y palmeras se encontraban ahí. Primavera con campos de flores hermosos y finalmente, otoño con sus caminos construidos por árboles que se basaban en un laberinto, todo era color café pero con diferentes tonos, simplemente era un lugar donde te podían relajar y pasar un buen rato con la persona que amaras. Risas y sonrisas terminaban por completar aquel universo, sin seres humanos con el corazón negro y podrido que solo era feliz cuando les causaba daño a los demás, eso estaba en contra de las reglas. Era curioso, todo ese espacio había sido creado por él y en algunas parte por hinata, lo podías llamar paraíso, mundo fantástico lo que querías eso estaba a decisión tuya.
-¿Estás listo?- Extendiendo su mano a forma de pedir confianza.
-¿Viajar de nuevo al lugar que tiene mi corazón?- guardo silencio por unos minutos- sin duda…-Acepto y tomo su mano firmemente con gran devoción y cariño.
-Bien.-
Una luz blanca los cegó a ambos forzándolos a cerrar los ojos.
-Naruto…-Ella reía al ver a su amigo aun con los ojos cerrados, brazos en forma de defensa y piernas temblorosas.
-¿Por qué te ríes?- Sabía la respuesta.
-No has cambiado en nada- le beso la mejilla- eso me alegra…
Y comenzaron a caminar con las manos entrelazadas. Su “universo alterno” los esperaba.
-Mi vida.- El comento algo preocupado.
-Descuida…-lo tranquilizo ella- Aun estas haya.
-¿No me he ido?- pregunto.
-Digamos que tu alma está aquí, tu cuerpo esta haya-
-Como en los viejos tiempo, ¿no?-
-Como en los viejos tiempos…
En otras palabras, estaba donde quería estar. Ahora tenía 25 años, era un adulto joven el cual llevaba la vida por delante, metas que se propuso en el pasado las estaba cumpliendo aquí. A veces lo que uno desea no es lo que esperas, el por ejemplo simplemente anhelaba vivir en paz y amor junto al gran amor de su vida, para eso tuvo que trabajar duro, por un tiempo perder las esperanzas y continuar con su horrible vida cotidiana, sus papas nunca le dijeron o impusieron lo que tenía que hacer de su historia. Era una época difícil cuando sus sueños habían desaparecido cruelmente. ¿Y si esto no era real?
-Hinata-
-¿Si?-
-¿Esto es real?-
-¿Tu qué crees?-
-Estoy confundido…- “No quiero perder lo que tanto luche por conseguir”, quiso decirlo pero sabía que no era necesario, Hinata lo entendía perfectamente sin preguntar.
-Que poco sabes estoy tratando de recoger las piezas que dejaste tiradas en el camino…-
-Yo necesito un poco más de evidencia, lo siento.-
“estoy tratando de recoger las piezas que dejaste tiradas en el camino”, ¿era posible?, todo lo que le estaba pasando era increíble e imposible de creer, ¡por dios!, estaba en su propio universo alterno, uno creado por el desde chico, era una locura. Mirando el mundo a través de una grieta en el suelo.
-¿Y si no es real?...-
-¿Sientes esto?-
Toco delicadamente su mano, era un roce que el logro sentir verdadero y totalmente vivo.
-Tendré que recordarme a mí mismo que mi mente es fuerte.-
“Naruto, ¿puedes oírme?”
Una voz a lo lejos lo llamaba, de de pronto sintió como todo se volvía oscuro, supuso que se desmayó, ¿estaba durmiendo?, ¿Qué era lo que pasaba?
“¡Naruto no desaparezcas, por favor!”
Lentamente abrió los ojos. Estaba acostada en el sillón con una posición no muy cómoda, la tenía enfrente de él, hianata, la chica de su vida con expresión preocupada. Fue entonces cuando reacciono.
-¿Dónde estamos?- Pregunto sobresaltado sentando en el sofá.
-Tranquilo, estabas soñado, solo que no despertabas y me dio un poco de miedo.- Le dijo tocando su hombro.
-¿Y nuestro universo alterno?-
-¿Qué?-
-¿Qué paso con todo eso?-
Ella lo miro sin entender, hasta que como si fuera magia logro comprender lo que preguntaba su esposo.
-Soñaste con nuestro mundo, ¿verdad?, el que anhelábamos de niños.
-Oh, sí,…






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